viernes, 26 de octubre de 2012

Familias Reconstruidas


FAMILIAS RECONSTRUIDAS.

KAREN VALLE VILLAGOMEZ



     En la actualidad el matrimonio no se construye de igual manera; como  se hacía años atrás. Donde la relación iniciaba con una amistad de pareja, mejor conocida como noviazgo. Acción que duraba un tiempo para iniciar la convivencia directa de él y ella, después se comenzaba la presentación ante los amigos, la familia y el medio donde convivían, demostrar el interés hacia actividades, sentimientos o acciones del compañero, aceptar lo bueno y/o mal, para finalizar con la decisión de contraer matrimonio, sea jurídicamente o por ceremonia religiosa, donde se inicie la vida independiente de la pareja, al trascurrir un determinado tiempo la formación de una familia se convierte en el presente.
Sin embargo en la actualidad la solides de la familia ha disminuido, poco a poco el incremento de divorcios ha ido aumentando de generación en generación, abriendo paso a lo que se conoce como familias reconstruidas. Esto no significa que esta situación no se haya dado en algún otro momento, pero si en menor proporción.
Para entender estos casos iniciemos por comprender que una familia reconstruida o re matrimonios, son relaciones que se inician con una nueva pareja que tiene hijos que nacieron en otra familia, los cuales tienes una historia previa.
Existen diferentes tipos de familias reconstruidas como
·           - Familias provenientes de un divorcio, en la cual uno de los cónyuges tiene hijos previos.
·           - Familias provenientes de un divorcio, en la cual los dos cónyuges tienen hijos previos. Es el modelo más complejo.
·           - Divorciado /a que tiene hijos, y cuyo ex-esposo/a se ha vuelto a emparejar.
·           - La familia reconstituida más antigua, la de toda la vida, es la que proviene de la muerte de uno de los cónyuges. El padre o la madre viudo o viuda se vuelve a emparejar y aparece la figura del padrastro o madrastra que todos conocemos desde nuestra más tierna infancia, ya que protagonizan buen número de cuentos infantiles.
Una de las características fundamentales de éste tipo de familias es que son familias en transición, es decir, familias que tienen que asumir un número importante de cambios en un corto período de tiempo, al menos más corto que lo que es habitual en las familias convencionales, y que por lo tanto no figuran en la expectativa vital de sus miembros.

Diversos autores (Visher & Visher, 1988; Ginwald, 1995; Berger, 1998) han encontrado diferencias significativas entre las que podemos llamar Familias Convencionales y las Familias Reconstituidas.
Algunas de las diferencias son de estructura:
  • una familia convencional consta habitualmente de dos adultos que tienen uno o más hijos de los dos.
  • en las familias reconstituidas tenemos también dos adultos, y al menos un hijo procreado por uno sólo de los adultos, o bien varios hijos procreados por los dos adultos, pero con otros adultos que no coinciden.
Las familias reconstituidas las obligaciones conyugales y parentales no corresponden en exclusiva a la nueva pareja sino que, puede haber otra persona o personas con obligaciones y derechos parentales. Salvo cuando una persona viuda se casa con un soltero, hay por lo menos tres adultos involucrados, a menudo cuatro, y tampoco es imposible que haya seis. Eso sin tener en cuenta otros niveles de parentesco. Los niveles de complejidad aumentan exponencialmente.
En la familia convencional los miembros pertenecen a un solo sistema familiar (familia nuclear), que tiene unos límites bien definidos, se sabe a quién incluye y a quién excluye, las fronteras son biológica, legal y geográficamente evidentes. El sistema de la familia reconstituida tiene unos límites más imprecisos, la condición de miembro no está claramente definida, puede que no haya consenso acerca de quién forma parte de la familia, algunos de ellos pueden ser simultáneamente miembros de dos sistemas familiares distintos. Sus fronteras son biológica, legal y geográficamente difusas.
Otras diferencias son de origen y desarrollo:
  • Los pasos que conducen habitualmente a la familia convencional están registrados en el Ciclo Vital Familiar: noviazgo, emparejamiento, nacimiento del primer hijo, etc. Es decir, los hijos, si los hay, son posteriores a la creación de la pareja conyugal. Sin embargo, en la familia reconstituida no ocurre así, sino que la unidad parento-filial es anterior a la pareja conyugal. Esto es de una gran importancia, porque modifica la historia totalmente. Y si la historia cambia totalmente es necesario cambiar la forma de adaptarnos a esta situación, pero para ello vamos a contar con un mapa que delimita una situación diferente. Todavía actualmente hay pocos emparejamientos de cónyuges que provengan de familia reconstituida, por lo que ni sus experiencias, ni sus fantasías serán de gran utilidad en la nueva situación a la que se enfrentan.
  • Otra diferencia importante respecto al origen y desarrollo, es la que nos hemos referido ampliamente en las páginas anteriores: la pérdida como punto de partida. Y no sólo la pérdida que ha sufrido el cónyuge, sino también la de los hijos. Si no se ha elaborado esa pérdida adecuadamente y con suficiente tiempo, las dificultades a las que tendrá que enfrentarse el nuevo sistema se multiplican. El cónyuge que viene de fuera no va a formar su propia nueva familia partiendo de cero, sino que se va a encontrar tratando de integrarse en una familia ya formada, con sus propias normas de funcionamiento, historia y rituales, y ocupando el lugar de alguien, con lo que puede que no todo el mundo esté de acuerdo.
  A MI CRITERIO ...

 La nueva pareja influye en los hijos, donde se convertirán en el modelo a seguir, al no existir vínculos de consanguinidad y de alianza, pueden activarse o cuestionar dudas con base a la autoridad que ejercerá el padrastro o madrastra.
Estas situaciones suelen ser difíciles al inicio de la vinculación, ya que en la mayoría los hijos se sienten invadidos por un ser extraño que desea “ocupar” el lugar del padre o madre, lo cual causa sensaciones de amenaza, en estas familias los problemas se multiplican en cuanto a vivienda, distribución del espacio y el tiempo, manejo del presupuesto, de la autoridad, entre otros.  
 Desgraciadamente las consecuencias del cambio lo repercuten los hijos, a causa de que  los roles en la estructura familiar sufren transformaciones, pasando estos nuevos “seres” a hacerse cargo  de ellos, educándoles en su nueva situación.  Los padres preocupados por sus pleitos y enojos no se responsabilizan de los hijos que necesitan supervisión, control y atención. Si a esto se le suma el conflicto causado por el  divorcio, es claro que el rechazo de los hijos hacia sus padre se vea relegado como autoridad.
A mi criterio, los miembros más pequeños de una familia, se les puede  “manipular más fácilmente”; haciendo con esta situación una relación más condicionada que lleve al padre acercase mas a su hijo y así, hacerle entender esta nueva relación, aunque el pequeño se revele, el adulto sigue teniendo la autoridad, además que los niños son más nobles y al recibir éste, el afecto que necesita: comprensión, tiempo y dedicación, terminara comprendiendo y aceptando la situación.
En el caso de los adolescentes, es algo mucho más difícil, manejar el conflicto de la separación, porque se encuentran en un momento complicado fisiológicamente por los cambios de pubertad, donde al parecer el mundo está en su contra, pero sin  embargo; tienen el poder de todo. Es decir: poder hacer lo que se quiera; aunque no se llegue a nada. “Se sienten con derechos que nos les corresponden”. Combinando esto al proceso del divorcio, los jóvenes se dan cuenta de la falta de cooperación de sus padres y tienden a manipular, dividir y deformar el sistema de los mismos.  La mayoría de los adolescentes al estar expuestos e  involucrados con la angustia de la madre y sus problemas. Aprenden a manipular la inclusión de la pareja; entendiéndose, como: “el otro” y “la otra” en las nuevas parejas de sus padres.
A demás de todo lo mencionado también allí que tomar en cuenta que mucha veces la influencia del padre o madre ajena (o) a la nueva relación puede ser quien induzca a los hijos a ponerse encontrar de la nueva pareja.
Todos estos aspectos durante las nuevas familias reconstruidas son causantes de problemas entre los seres más cercanos, sin embargo si esta situación se trata con paciencia, a base de la razón, la comprensión, confianza y dedicación el inicio de una nueva familia se puede dar sin importar que los padres no sean consanguíneos, pues existe la posibilidad de que se tenga una vida más plena que con aquellos padres que te procrearon, puesto en ocasiones la relación entre propios padres e hijos es mas errada que entre desconocidos,
  

BIBLIOGRAFIA
·         Familia reconstruida – un modelo de psicoterapia grupal con adolescentes
Maria Eugenia Melgoza Magaña. p 146-161
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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