FAMILIAS RECONSTRUIDAS.
KAREN VALLE VILLAGOMEZ
En la actualidad el matrimonio no se
construye de igual manera; como se hacía
años atrás. Donde la relación iniciaba con una amistad de pareja, mejor
conocida como noviazgo. Acción que duraba un tiempo para iniciar la convivencia
directa de él y ella, después se comenzaba la presentación ante los amigos, la
familia y el medio donde convivían, demostrar el interés hacia actividades,
sentimientos o acciones del compañero, aceptar lo bueno y/o mal, para finalizar
con la decisión de contraer matrimonio, sea jurídicamente o por ceremonia
religiosa, donde se inicie la vida independiente de la pareja, al trascurrir un
determinado tiempo la formación de una familia se convierte en el presente.
Sin embargo en la actualidad
la solides de la familia ha disminuido, poco a poco el incremento de divorcios
ha ido aumentando de generación en generación, abriendo paso a lo que se conoce
como familias reconstruidas. Esto no significa que esta situación no se
haya dado en algún otro momento, pero si en menor proporción.
Para entender estos casos
iniciemos por comprender que una familia reconstruida o re matrimonios, son
relaciones que se inician con una nueva pareja que tiene hijos que nacieron en
otra familia, los cuales tienes una historia previa.
Existen diferentes tipos de
familias reconstruidas como
·
- Familias provenientes de un divorcio, en la cual uno de los cónyuges
tiene hijos previos.
·
- Familias provenientes de un divorcio, en la cual los dos cónyuges
tienen hijos previos. Es el modelo más complejo.
·
- Divorciado /a que tiene hijos, y cuyo ex-esposo/a se ha vuelto a
emparejar.
·
- La familia reconstituida más antigua, la de toda la vida, es la que
proviene de la muerte de uno de los cónyuges. El padre o la madre viudo o viuda
se vuelve a emparejar y aparece la figura del padrastro o madrastra que todos
conocemos desde nuestra más tierna infancia, ya que protagonizan buen número de
cuentos infantiles.
Una
de las características fundamentales de éste tipo de familias es que son
familias en transición, es decir, familias que tienen que asumir un número
importante de cambios en un corto período de tiempo, al menos más corto que lo
que es habitual en las familias convencionales, y que por lo tanto no figuran
en la expectativa vital de sus miembros.
Diversos autores (Visher & Visher,
1988; Ginwald, 1995; Berger, 1998) han encontrado diferencias significativas
entre las que podemos llamar Familias Convencionales y las
Familias Reconstituidas.
Algunas de las diferencias son de
estructura:
- una familia convencional consta habitualmente
de dos adultos que tienen uno o más hijos de los dos.
- en las familias reconstituidas tenemos también
dos adultos, y al menos un hijo procreado por uno sólo de los adultos, o
bien varios hijos procreados por los dos adultos, pero con otros adultos que
no coinciden.
Las familias reconstituidas las
obligaciones conyugales y parentales no corresponden en exclusiva a la nueva
pareja sino que, puede haber otra persona o personas con obligaciones y
derechos parentales. Salvo cuando una persona viuda se casa con un soltero, hay
por lo menos tres adultos involucrados, a menudo cuatro, y tampoco es imposible
que haya seis. Eso sin tener en cuenta otros niveles de parentesco. Los niveles
de complejidad aumentan exponencialmente.
En la familia convencional los miembros
pertenecen a un solo sistema familiar (familia nuclear), que tiene unos límites
bien definidos, se sabe a quién incluye y a quién excluye, las fronteras son
biológica, legal y geográficamente evidentes. El sistema de la familia
reconstituida tiene unos límites más imprecisos, la condición de miembro no
está claramente definida, puede que no haya consenso acerca de quién forma
parte de la familia, algunos de ellos pueden ser simultáneamente miembros de
dos sistemas familiares distintos. Sus fronteras son biológica, legal y
geográficamente difusas.
Otras diferencias son de origen y
desarrollo:
- Los pasos que conducen habitualmente a la
familia convencional están registrados en el Ciclo Vital Familiar:
noviazgo, emparejamiento, nacimiento del primer hijo, etc. Es decir, los
hijos, si los hay, son posteriores a la creación de la pareja conyugal.
Sin embargo, en la familia reconstituida no ocurre así, sino que la unidad
parento-filial es anterior a la pareja conyugal. Esto es de una gran
importancia, porque modifica la historia totalmente. Y si la historia
cambia totalmente es necesario cambiar la forma de adaptarnos a esta
situación, pero para ello vamos a contar con un mapa que delimita una
situación diferente. Todavía actualmente hay pocos emparejamientos de
cónyuges que provengan de familia reconstituida, por lo que ni sus
experiencias, ni sus fantasías serán de gran utilidad en la nueva situación
a la que se enfrentan.
- Otra diferencia importante respecto al origen y desarrollo, es la que nos hemos referido ampliamente en las páginas anteriores: la pérdida como punto de partida. Y no sólo la pérdida que ha sufrido el cónyuge, sino también la de los hijos. Si no se ha elaborado esa pérdida adecuadamente y con suficiente tiempo, las dificultades a las que tendrá que enfrentarse el nuevo sistema se multiplican. El cónyuge que viene de fuera no va a formar su propia nueva familia partiendo de cero, sino que se va a encontrar tratando de integrarse en una familia ya formada, con sus propias normas de funcionamiento, historia y rituales, y ocupando el lugar de alguien, con lo que puede que no todo el mundo esté de acuerdo.
A MI CRITERIO ...
La nueva pareja influye en los hijos, donde se
convertirán en el modelo a seguir, al no existir vínculos de consanguinidad y
de alianza, pueden activarse o cuestionar dudas con base a la autoridad que
ejercerá el padrastro o madrastra.
Estas situaciones suelen ser
difíciles al inicio de la vinculación, ya que en la mayoría los hijos se
sienten invadidos por un ser extraño que desea “ocupar” el lugar del padre o
madre, lo cual causa sensaciones de amenaza, en estas familias los problemas se
multiplican en cuanto a vivienda, distribución del espacio y el tiempo, manejo
del presupuesto, de la autoridad, entre otros.
Desgraciadamente las consecuencias del cambio
lo repercuten los hijos, a causa de que
los roles en la estructura familiar sufren transformaciones, pasando
estos nuevos “seres” a hacerse cargo de
ellos, educándoles en su nueva situación.
Los padres preocupados por sus pleitos y enojos no se responsabilizan de
los hijos que necesitan supervisión, control y atención. Si a esto se le suma
el conflicto causado por el divorcio, es
claro que el rechazo de los hijos hacia sus padre se vea relegado como
autoridad.
A mi criterio, los miembros
más pequeños de una familia, se les puede “manipular más fácilmente”; haciendo con esta
situación una relación más condicionada que lleve al padre acercase mas a su
hijo y así, hacerle entender esta nueva relación, aunque el pequeño se revele,
el adulto sigue teniendo la autoridad, además que los niños son más nobles y al
recibir éste, el afecto que necesita: comprensión, tiempo y dedicación,
terminara comprendiendo y aceptando la situación.
En el caso de los adolescentes,
es algo mucho más difícil, manejar el conflicto de la separación, porque se
encuentran en un momento complicado fisiológicamente por los cambios de pubertad,
donde al parecer el mundo está en su contra, pero sin embargo; tienen el poder de todo. Es decir:
poder hacer lo que se quiera; aunque no se llegue a nada. “Se sienten con
derechos que nos les corresponden”. Combinando esto al proceso del divorcio,
los jóvenes se dan cuenta de la falta de cooperación de sus padres y tienden a
manipular, dividir y deformar el sistema de los mismos. La mayoría de los adolescentes al estar
expuestos e involucrados con la angustia
de la madre y sus problemas. Aprenden a manipular la inclusión de la pareja;
entendiéndose, como: “el otro” y “la otra” en las nuevas parejas de sus padres.
A demás de todo lo
mencionado también allí que tomar en cuenta que mucha veces la influencia del
padre o madre ajena (o) a la nueva relación puede ser quien induzca a los hijos
a ponerse encontrar de la nueva pareja.
Todos estos aspectos durante
las nuevas familias reconstruidas son causantes de problemas entre los seres más
cercanos, sin embargo si esta situación se trata con paciencia, a base de la
razón, la comprensión, confianza y dedicación el inicio de una nueva familia se
puede dar sin importar que los padres no sean consanguíneos, pues existe la
posibilidad de que se tenga una vida más plena que con aquellos padres que te
procrearon, puesto en ocasiones la relación entre propios padres e hijos es mas
errada que entre desconocidos,
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