La
Metamorfosis de mis sueños.
Autor: Karen Valle Villagómez
Tras una noche
inquieta, sabiendo que estaba durmiendo
pero no descansando, desperté agitada y abochornada; notaba una extraña sensación a mi alrededor
pero sin poder abrir bien los ojos percibía un exquisito aroma a rosas muy
cerca de mí, desorientada intente pararme pero las cobijas pesaban demasiado,
parecería que ya no era el mismos cobertor ligero y abrigador con el que solía
dormir horas enteras.
Con titubeos me quite aquellas pesadas cobijas y me baje
de la cama, sentí vértigo por un momento y es que parecía que la cama había
crecido unos centímetro de alto, sin tomar mayor importancia me dirigí al
sanitario, tome mi cepillo dental como cada mañana y al mirarme al espejo note
algo distinto, detrás de mí una bañera enorme la cual estaba llena de burbujas,
completamente lista como si alguien se dispusiera a tomar un acogedor baño, inmediatamente me
talle los ojos y pensé en voz alta:
-
¡Esto debe de ser un sueño! ….
Inmediatamente tocaron la puerta donde una voz muy fina y
femenina expreso:
-
¿Buenos días señorita puedo pasar a hacer el
aseo?
Salí corriendo del baño muy aterrada, durante mis 17 años
de vida en esta casa jamás había escuchado una voz así. Al entrar a la alcoba
mis ojos tomaron un tamaño impresionante, mi boca se abrió sin control y un
grito salió sin pensar:
-
¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa… Dios mío que es
todo esto!
-
¿Señorita se encuentra bien?
Mi emoción era demasiada, mis ojos no podían creerlo, esa
habitación no era mía, ese ventanal
hermoso que daba a un jardín enorme, una cama entre cortinas blancas llena de
cojines de colores, todas las paredes pintadas con paisajes hermosos, un
tocador con un espejo en medio circulo y a su alrededor perfumes, barnices,
cepillos, aretes, pulseras y muchos accesorios mas, una pantalla enorme, un
estéreo y karaoke que al prenderlos sonaban impresionantemente fuertes, un
closet con doble puerta lleno de mil pares de tenis, zapatos, botas, blusas de
todos los colores y formas posibles, pantalones de mezclilla, vestidos faldas,
mascadas, repisas enormes llenas de peluches, pero sin duda alguna lo que más
me impresiono fue ver esa linda, hermosa y añorada yegua blanca pintada a un
lado de mi cama.
Todo esto era maravilloso y mientras mis pupilas se
deleitaban con tan impresionante espacio sentía que alguien me observaba, claro
era ella, esa muchachita delgada pero tan atenta que había permanecido todo el
tiempo a mi lado observando mi gran impresión.
-
Am, Am disculpa… ¿quién eres tú?
-
Soy la nueva empleada señorita, solo venia a
limpiar su cuarto y avisarle que el desayuno está servido.
Sin pensarlo dos veces baje emocionada
unas grandes escaleras que descendía a
una sala hermosa con sillones color marfil, muebles de madera y un piano
deslumbrante, en ese momento una señora de mayor edad con una sonrisa muy
amable, salió de una puerta que estaba
al fondo de la sala.
-
Buenos días señorita Karen, ¿le sirvo el
desayuno?
-
Buenos días, disculpe… ¿usted quién es?
¿Dónde están mis padres? ¿en dónde estoy?
-
Señorita siéntese, en seguida le traigo el
desayuno y por favor no tarde, que el chofer la espera para llevarla al
colegio.
Confundida y sin entender sensatamente que pasaba en este
día, decidí desayunar sin más
preguntas. Al mirar a mí alrededor
observe un comedor lindo y pequeño, tan solo 4 lugares, decorada con un mantel
blanco, tejido, un florero lleno de
girasoles. Al fondo un pequeño bar donde se apreciaba una licorera llena, quizá
de whisky.
Fue entonces donde mi cuerpo dejo de estar tenso ya que
sabía que estaba en casa, esos pequeños detalles que mi padre y madre jamás
olvidan, pero ¿Dónde estaban? Analizando todo los lujos que habían a mi
alrededor me supuse que estaría trabajando o quizá de viaje de negocios. - ¡Claro Karen! Si una fortuna no se hace de
la noche a la mañana, pensé. Sin ninguna preocupación más me concentre en
deleitar mi desayuno.
Al terminar, me retire a mi habitación sin dejar de notar
durante mi recorrido por los corredores de la casa pinturas de Van Gogh, fotos
de papá y mamá, algunas fotos mías, pero
sobre todo reconocimientos académicos por los mejores promedios con mi nombre.
Al llegar a mi habitación, la muchacha, si aquella que
había padecido junto a mí el ataque de emoción, me indico con miradas que el baño estaba
preparado y que dejaba algunas prendas de ropa tendidas sobre mi cama.
Inmediatamente fui a bañarme, estoy segura que me tarde horas, pero no me
importo, prendí el estéreo a todo volumen y me prepare para salir.
Mis útiles escolares seguían debajo de la mesa donde está
la computadora tal y como lo había dejado la noche anterior, claro no en esta
habitación, más bien en aquella mucho más
pequeña, donde se encontraban tan solo
lo necesario en lujos y decorada con
tonalidades rosas y blancas, en fin no tenía tiempo para pensar en aquella
vieja habitación, si mi mundo había cambiado por dentro, me esperaba algo mucho
mejor fuera, tome mis cosas como siempre y me decidí a salir.
El chofer ya me esperaba con la puerta del carro abierta,
tan solo subí en el y disfrute del largo trayecto que recorrí, inesperadamente se
estaciono, el chofer bajo del carro y me abrió la puerta, totalmente
desorientada solo baje del auto y de inmediato se arranco, todo eran tan
extraño, si era un colegio pero no era el CCH SUR.
Me sentía en un mundo completamente ajeno a mí, las
chicas hablando de marcas, diseñadores, viajes a Europa, el dinero que portaba
cada una en tarjetas de crédito, miles de fiestas, apellidos con alto poder
político, los hombres mirándose al espejo, hablando de chicas, de los trabajos con
sus padres altos funcionarios que pensaban en lujos y poder. Todo eso era tan
incomodo, un bicho raro ante un panal de
abejas que tan solo zumbaban a mi alrededor, sin comprender lo que decían corrí
asustada a buscar a mi mejor amiga, Mónica pero jamás la encontré, alguien
conocido que me pueda entender pero nadie se me era familiar, aturdida decidí huir de allí.
-
Todo era perfecto, ¿Qué sucedió? ¿Por qué no
entendía ni encajaba en todo eso?
Sin respuestas a todas mis confusiones regrese a casa
agotada por tanto caminar, tan solo quería descansar, bote todo lo que me estorbaba
en el piso y me recosté en la cama a pensar que era todo aquello que había
sucedido en ese día, había comenzado tan bien, al verme rodeada de lujos, saber
que tenía en forma material lo que deseaba, tenía más que una estabilidad
económica, mis padres ya no se preocuparían por mi bienestar académico contaba
con todo para desarrollarme, triunfar, conseguir mis metas, cumplir mis
caprichos…
-
¡Karen….! ¡Karen … ¡ despierta se te ha hecho
tarde, son 5:30 no vas a alcanzar el puma… ¡Ya DESPIERTA!.
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